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NAVIDAD 2013

 
Navidad es la solemne fiesta instituida por la Iglesia para celebrar el nacimiento de Jesucristo, Rey de reyes y Señor de Señores.

Es la celebración del evento central de la historia: Nace Dios como hombre.  La liturgia de Navidad celebra la revelación del gran designio de Dios de haber enviado a su Hijo entre nosotros. "Puer natus est nobis..."  (Nos ha nacido un niño, nos han dado un Hijo...)

El Adviento nos prepara por cuatro semanas en que recordamos la larga preparación para la venida del Señor.  

"Navidad": El nombre viene de natalis (día natal), y así se le llamaba en el siglo II en la Iglesia latina. El día de Navidad conmemora el Nacimiento de Jesucristo en Belén según los evangelios de San Mateo y San Lucas. La Navidad es la natividad de Jesus.

Como los evangelios no mencionan fechas, no es seguro que Jesús naciera ese día. De hecho, el día de Navidad no fue oficialmente reconocido hasta el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad, por el Papa Julio I, anteriormente la fiesta de Navidad tuvo dos fechas: el 25 de diciembre en Occidente y el 6 de enero en oriente.

De esta manera la Iglesia primitiva absorvia en lugar de reprimir los ritos paganos existentes, que desde los primeros tiempos habían celebrado el solsticio de invierno y la llegada de la primavera. La fiesta pagana más estrechamente asociada con la nueva Navidad era el Saturnal romano, el 19 de diciembre, en honor de Saturno, dios de la agricultura, que se celebraba durante siete días de bulliciosas diversiones y banquetes. Al mismo tiempo, se celebraba en el Norte de Europa una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, en la que se quemaban grandes troncos adornados con ramas y cintas en honor de los dioses para conseguir que el Sol brillara con más fuerza.

 

LAS POSADAS
 

En México la Navidad se celebra con el inicio de las posadas, fiestas populares que durante los nueve días que anteceden a la Navidad, del 16 al 24 de diciembre, recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén donde buscan un lugar donde alojarse para esperar el nacimiento del niño Jesús.

Su origen se remonta a los tiempos de la conquista, cuando los españoles llegaron a México, los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos. Cuarenta días antes de la fiesta, compraban los mercaderes a un esclavo en buenas condiciones y lo vestían con los ropajes del mismo dios Quetzalcóatl. Antes de vestirlo, lo purificaban lavándolo. Salían con él a la ciudad y él iba cantando y bailando para ser reconocido como un dios. Las mujeres y los niños le ofrecían ofrendas. En la noche, lo enjaulaban y lo alimentaban muy bien. 

Nueve días antes de la fiesta, venían ante él dos "ancianos muy venerables del templo" y se humillaban ante él. Durante la ceremonia, le decían: "Señor, sabrás que de aquí a nueve días se te acabará este trabajo de bailar y cantar porque entonces has de morir". Él debía responder: "Que sea muy en hora buena". Llegado el día de la fiesta, a media noche, después de honrarlo con música e incienso, lo tomaban los sacrificadores y le sacaban el corazón para ofrecérselo a la luna. Ese día en los templos se hacían grandes ceremonias, dirigidas por los sacerdotes, que incluían ritos y bailables sagrados, representando la llegada de Quetzalcóatl, así como ofrendas y sacrificios humanos en honor a él.

Durante el mes de diciembre, no sólo festejaban a Quetzalcóatl, sino que también celebraban las fiestas en honor a Huitzilopochtli. Estas fiestas duraban veinte días, iniciaban el 6 de diciembre y terminaban el 26 del mismo mes, eran fiestas solemnes que estaban precedidas por 4 días de ayuno y en las que se coronaba al dios Huitzilopochtli poniendo banderas en los árboles frutales. Esto es a lo que llamaban el "levantamiento de banderas". En el gran templo ponían el estandarte del dios y le rendían culto.

El pueblo se congregaba en los patios de los templos, iluminados por enormes fogatas para esperar la llegada del solsticio de invierno. El 24 de diciembre por la noche y al día siguiente, 25 de diciembre, había fiestas en todas las casas. Se ofrecía a los invitados una rica comida y unas estatuas pequeñas de pasta llamada "tzoatl". 

 

Los misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo XVI, aprovecharon estas costumbres religiosas para inculcar en los indígenas el espíritu evangélico y dieron a las fiestas aztecas un sentido cristianos, lo que serviría como preparación para recibir a Jesús en su corazón el día de Navidad.

En 1587 el superior del convento de San Agustín de Acolman, Fray Diego de Soria, obtuvo del Papa Sixto V, un permiso que autorizaba en la nueva España la celebración de unas Misas llamadas "de aguinaldos" del 16 al 24 de diciembre. En estas Misas, se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad. Para hacerlas más atractivas y amenas, se les agregaron luces de bengala, cohetes y villancicos y posteriormente, la piñata. 

En San Agustín de Acolman, con los misioneros agustinos, fue donde tuvieron origen las posadas.
Las posadas son un medio para preparar con alegría y oración nuestro corazón para la venida de Jesucristo, y para recordar y vivir los momentos que pasaron José y María antes del Nacimiento de Jesús.
 

Estas fiestas recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén donde buscan un lugar donde alojarse para esperar el nacimiento del niño Jesús. En varias poblaciones de nuestro pais las posadas se celebran en las calles las cuales previamente se adornan con hilos de heno y faroles. Y en otras muchas poblaciones se sustituyen los tradicionales peregrinos de barro por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes.No existe templo, parroquia o capilla por pequeña que sea que durante el período del 16 de Diciembre al 6 de Enero, que no levante un nacimiento en ocasiones con verdaderas joyas escultóricas o figuras de barro.

Amenizadas con cánticos o villancicos, las posadas reaniman el espíritu religioso de los participantes, están llenas de emoción, alegría y amistad que siempre se respira durante este tiempo. Las posadas tradicionales tienen ligeras variantes de acuerdo al lugar en donde se celebren y han ido cambiando con el tiempo, sin embargo los aspectos comunes más importantes son el pedir posada con los villancicos tradicionales, el rezar el rosario, el romper la piñata, y claro que nunca pueden faltar los aguinaldos, el ponche, las velas, la fruta, las luces de bengala y en algunas ocasiones la cena y los regalos.
 
En el caso particular de Cardonal se acostumbra rezar el Rosario en la iglesia pues este es en realidad el por qué de la celebración, pues por el amor a María es que celebramos, Ella está a punto de dar a luz a Jesús, simplemente no la podemos dejar fuera de esta celebración. Al rezar el Rosario, entre misterio y misterio se hace una pequeña reflexión se reparten velas y se prenden para cantar la letania dentro de la misma, al termino, los peregrinos acompañados por habitantes de la comunidad salen de la iglesia en peregrinacion a la casa donde se celebrara la posada, en su recorrido van entonando los villancicos. Al frente van dos o varias personas cargando pequeñas estatuas de José, María, el Ángel y a veces un burro (en algunos lugares se llega a representar en vivo con gente personificada), con la luz de las velas y lucecillas, se camina hasta el frente de una casa y se canta para pedir alojamiento (posada) para José y María, después las personas que ya estaban dentro de la casa cantan para negar el asilo hasta que ven que son José y María quienes lo piden; se deja entrar a toda la gente cantando "entren santos peregrinos", y aquí es donde comienza la diversión.

A la hora de pedir posada, la tradición nos dice que José y María tuvieron que ir de puerta en puerta pidiendo posada, este hecho podría no ser muy relevante ya que es muy probable que no hayan sido los únicos peregrinos que no encontraban lugar para pasar la noche, pero el caso de José y María es muy especial ya que María se encontraba embarazada y a punto de dar a luz.
 
Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento de Jesús. Algunas personas te podrán decir que estas costumbres y tradiciones las ha inventado la gente para divertirse y los comercios para vender. Recuerda que hay mucho significado detrás de cada una y trata de vivir estas tradiciones con el sentido profundo que tienen. Así, el 24 de diciembre no solo será un festejo más, sino que habrás preparado tu corazón con un verdadero amor a Dios y a tu prójimo.
LAS PIÑATAS

Una vez concluido los cantos de para pedir posada la diversion de la fiesta comienza con la reparticion de ponche, tamales, aguinaldos, atole, pan, o lo que los vecinos ofrecen para esta celebración, no si antes el romper las piñatas que tiene un significado muy particular, para lo cual nos remontaremos a mucho años atras para conocer un poco de su historia.

La historia de la piñata se remonta a varios siglos atrás. Se sabe que llegó a México por medio de los colonizadores españoles y éstos, a su vez, la conocieron por los italianos. En realidad la piñata tienen su primer origen en China, y fue el explorador Marco Polo quien la llevó a Italia en el siglo XII después de que la conoció en oriente.

Marco Polo vio cómo los chinos confeccionaban una figura de vaca, de buey o de búfalo cubierta con papeles de colores a la que le colgaban instrumentos agrícolas. Esta figura animal hueca tenía un uso ritual, ya que con ella realizaban una ceremonia al inicio de la primavera, coincidiendo con el año nuevo chino. Los colores de la figura representaban las condiciones en que se desarrollaría el año, siempre en relación con la agricultura. El buey o la vaca estaban rellenos de semillas de cinco clases que se derramaban cuando los mandarines las golpeaban con varas de diferentes colores.
Según el ritual, después de haberla vaciado, se quemaba el papel. Entonces la gente trataba de obtener un poco de esas cenizas, puesto que eran consideradas de buena suerte para todo el año.

Cuando esta tradición llegó a Europa, pasó de ser un mito pagano a ser cristiano, debido a las fuertes creencias religiosas de la Edad Media europea. La piñata se usaba para la celebración de la Cuaresma. Así, al primer domingo se le llamaba Domingo de Piñata. La piñata era una olla de barro con papeles de colores llena de dulces. Para romperla, las personas se vendaban los ojos.

Cuando llegó a la Nueva España, y considerando su ambiente festivo, se le usó para atraer a la gente a las ceremonias religiosas. Posteriormente el pueblo se apropió de ella para las celebraciones populares y fue así como se ha mantenido entre nosotros.

Hay varias versiones del significado religioso que tiene la piñata pero las más aceptada es la idea de que representa la lucha del hombre contra las pasiones o los pecados capitales. Valiéndose de la fe - simbolizada por el palo – el hombre tiene que destruir el maleficio de las pasiones, golpeando y finalmente rompiendo la piñata. La piñata original tiene forma de estrella con siete picos. Los colores brillantes es la tentación del demonio - suele presentar al mal como algo llamativo para que cautive al hombre y ceda a la tentación - y cada pico representa cada uno de los siete pecados capitales en la religión cristiana - soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

Romper la piñata simboliza la destrucción del mal y por lo que y así se descubren los frutos que hay dentro de la piñata, que representan las gracias de Dios. El relleno de la piñata es símbolo del amor de Dios porque al romper con el mal, se obtienen los bienes “divinos”.
La piñata debe ser una piñata de 7 picos que representan los 7 pecados capitales pero además debe estar llena de dulces que representan la gracia de Dios, la venda en los ojos representa la fe, el palo representa a Dios y los que gritan representan a la iglesia católica.
 

El acto de romper la piñata puede interpretarse mas o menos de la siguiente forma: Cada uno de nosotros con una fe ciega (ojos vendados) en la ayuda de Dios (el palo) nos disponemos a combatir el pecado (intentar golpear la piñata), nuestros hermanos nos ayudaran y nos indicaran el camino a seguir para lograrlo mas fácilmente (los gritos de la gente) y cuando finalmente logremos vencer al pecado (romper la piñata) la gracia de Dios (los dulces) se derramaran sobre nosotros

El palo con el que se le pega a la piñata representa a la fuerza de la virtud que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo. Las virtudes que hay que cultivar para vencer los pecados capitales son: contra la soberbia, la humildad; contra la avaricia, la magnanimidad; contra la ira, la paciencia; contra la envidia, la generosidad; contra la lujuria, la castidad; contra la gula, la templanza; contra la pereza, la diligencia. Con la ayuda de Dios, se destruye al mal y así se descubren los frutos que hay dentro de la piñata, que representan las gracias de Dios.

La posada termina con una convivencia en la que se puede dar de cenar a los invitados e inclusive puede haber bebida. Hay quien dice que la cena es para celebrar que se venció al pecado (se rompió la piñata)

 
 
LOS VILLANCICOS

Los villancicos nos recuerdan la alegría del nacimiento de Cristo
Con el Nacimiento de Jesús se cumple la promesa de Dios al mundo de enviar a un Salvador. Jesucristo es Dios hecho hombre.

 

Se dice que el compositor de los primeros villancicos fue el Marqués de Santillana, que compuso una serie de canciones para celebrar con sus tres hijos el misterio de la Navidad.
 

Sin embargo, los primeros villancicos que se conocen fueron compuestos por los evangelizadores en el siglo V, con la finalidad de llevar la Buena Nueva a los aldeanos y campesinos que no sabían leer. Sus letras hablaban en lenguaje popular sobre el misterio de la encarnación y estaban inspirados en la liturgia de la Navidad. Se llamaba villanus al aldeano y con el tiempo, el nombre de estas canciones navideñas cambió a “villancicos”. Éstos hablan en un tono sensible e ingenioso de los sentimientos de la Virgen María y de los pastores ante el Nacimiento de Cristo.
 

En el siglo XIII, se extienden por todo el mundo junto con los nacimientos de San Francisco de Asís.
 

Los villancicos favorecen la participación en la liturgia de Adviento y de Navidad. Cantar villancicos es un modo de demostrar nuestra alegría y gratitud a Jesús y escucharlos durante el Adviento ayuda a la preparación del corazón para el acontecimiento de la Navidad.
 

Los villancicos nos recuerdan la alegría del nacimiento de Cristo.
 

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior. Debemos vivir todas estas costumbres y tradiciones con mucha alegría, reflexionando en su significado y aprovechándolas para estar más cerca de Dios. 

EL ARBOL DE NAVIDAD
 
El árbol de Navidad tiene sus orígenes en la antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. Esto explica la costumbre de poner a los árboles luces.

El árbol era también símbolo de la vida, por no perder en invierno su verde follaje cuando casi toda la naturaleza parece muerta. En algunas casas en los países nórdicos durante el invierto se cortaban algunas ramas y se le decoraba con pan, fruta y adornos brillantes para alegrar la vida de los habitantes de la casa mientras transcurría el invierno.

El árbol en sí tiene varios significados religiosos ya que ha sido utilizado como símbolo de la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre.

En Mesoamérica el árbol guarda un significado místico, inclusive tenían el ahuehuete como árbol sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas algunos grupos como los druidas, tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios.

Se cuenta que un misionero inglés en Alemania, en el siglo VII, comprendiendo que era imposible arrancar de raíz esta tradición pagana, la adoptó dándole un sentido cristiano, haciendo que el árbol adornado fuera también un símbolo del nacimiento de Cristo. Algunos otros hablan que Martín Lutero fue quien introdujo esta costumbre al adornar con manzanas un árbol para tratar de explicar los dones que los hombres recibieron con el nacimiento de Jesucristo.

Los primeros documentos que nos hablan de la costumbre de colocar en Navidad árboles de abeto o de pino en las casas son del siglo XVII y menciona a la región de Alsacia, tierra que se encuentra como Alemania y Francia. En los países nórdicos, en el siglo XVI, se empiezan a reunir las familias en torno a un árbol de Navidad. El día 24 los niños eran llevados a pasear o de día de campo, mientras los adultos colocaban y decoraban con dulces y juguetes el árbol; a su regreso los niños eran sorprendidos con el árbol y así daba inicio la celebración de la fiesta de Navidad. Esta costumbre cobra fuerza y se extiende como moda cuando la Reina Victoria de Inglaterra para celebrar la Navidad hace colocar un árbol en el palacio decorándolo con velitas que hacen relucir una serie de bellos y finos adornos. 

 
  Significado del Árbol de Navidad

Para los hombres los árboles tienen un significado muy especial. En todas las culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado antropológico, místico y poético. Se le tiene cierta reverencia por los beneficios que aporta al hombre. Para algunas culturas el árbol tiene un significado místico ya que representa el medio la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre. Es muy común el que los árboles estén relacionados con la fecundidad, el crecimiento, la sabiduría y la longevidad. En Mesoamérica el ahuehuete es considerado sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas como los druidas, tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios. Dios se ha valido de la forma en que los hombres ven a los árboles para dar a conocer su plan de salvación particularmente cuando se trata del misterio de la encarnación del hijo de Dios para salvar al hombre. En primer lugar se asocia al árbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio en medio del Jardín del Edén y después de la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad Dios. Por el nacimiento de Cristo, los hombres renacen y tienen acceso a la plenitud de la vida. El árbol de Navidad representa el haber recobrado dichos dones gracias al sacrificio de Jesucristo. Los adornos del árbol y las luces que se encienden representan el nuevo estado paradisiaco que el amor de Cristo nos prepara.

En la Biblia, el árbol aparece como un símbolo de la Vida, árbol que Dios coloca en medio del Paraíso como fuente de la inmortalidad (Gen 2, 9,3,22). Pero el árbol puede también simbolizar la falsa sabiduría, la soberbia y la muerte cuando el hombre se aparta de Dios (Gen 2, 16-ss) seducido por la apariencia engañosa de este árbol y comiendo su fruto (gen 3, 2-6). Pero Cristo vino no únicamente a los hombres, vino como cabeza de una nueva creación, renovando todo lo que estaba caído.


 
La presencia de Cristo responde al anhelo de la creación para ser liberada de la esclavitud y de la destrucción; mientras tanto se queja y sufre, tal como una mujer en sus dolores de parto tal como nos lo describe San Pablo en la epístola a los Romanos. Por eso el árbol de Navidad representa esa naturaleza restaurada y engalanada para recibir a su redentor; el árbol perennemente verde quiere saludar en nombre de la naturaleza renovada a su Señor "Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo" (salmo 5).

El árbol de Navidad también representa ese árbol que nace y que con el tiempo madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz que tal como nos recuerda la liturgia del Viernes Santo: "Cruz amable y redentora, árbol noble y espléndido, ningún árbol fue tan rico ni en frutos ni en flor".

Podemos decir que de alguna manera el árbol de Navidad nos recuerda la redención. Las luces representan la luz de Cristo en nuestra vida y la estrella que en algunas ocasiones se coloca en la punta representa a la estrella de Belén que anuncia la redención a la humanidad.

 
EL NACIMIENTO
 
La palabra pesebre es de origen latino, viene de praesepe que significa pesebre, establo, caballeriza, corral, cuadra, etc.

El origen de la palabra pesebre como sinónimo de nacimiento de Jesucristo ha causado cierta controversia, sin embargo es considerado un símbolo muy valioso de la navidad, ya que es la representación más cercana del nacimiento del niño Jesús. Así mismo debe ser el sentido profundo del hogar, ya que a través de él contemplamos a María, José y el Niño que son la Sagrada Familia.

El nacimiento, también llamado Belén, pesebre, portal o pasitos en los diferentes países y regiones de habla hispana, es la representación plástica del nacimiento de Jesucristo, que se suele exponer durante la Navidad en hogares, iglesias y muchos centros públicos, como escuelas, organismos oficiales, comercios, etc. La construcción y exhibición de nacimientos forma parte de la liturgia navideña en muchas partes del mundo, especialmente en la tradición católica.   

La primera celebración navideña en la que se montó un belén para la conmemoración del nacimiento de Jesucristo fue en la Nochebuena de 1223, realizado por San Francisco de Asís, en una cueva próxima a la ermita de Greccio (Italia). La escena del nacimiento de Cristo no fue representada con figuritas y miniaturas de objetos cotidianos, como hacemos actualmente,  ni con personas, aunque para la ocasión San Francisco sí utilizó animales. Se celebró la misa nocturna acompañada de una representación simbólica de la escena del nacimiento, mediante un pesebre (sin niño) con el buey y la mula, basándose en la tradición cristiana y algunos documentos.   

 
Origen del nacimiento

La costumbre de reproducir el nacimiento de Jesús en imágenes se originó en el siglo XIII, y fue por iniciativa de San Francisco de Asis; quien mientras predicaba por la campiña de Rieti, Italia, lo sorprendió el crudo invierno, haciéndole frente solo con unos harapos. Por fortuna se pudo refugiar en la ermita de Greccio. Era la Navidad del año 1223.

Ya protegido del frío, San Francisco de Asis comenzó a orar rodeado de aquella paz del bosque y meditando la lectura del evangelista San Lucas, cuando de pronto, tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús en Belén. Dándose enseguida a la tarea de construir una casita de paja a modo de portal, en su interior puso un pesebre, trajo un buey y un asno de los campesinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de ellos a reproducir la escena de la adoración de los pastores.

Posteriormente, la idea de reproducir el nacimiento se popularizó rápidamente en todo el mundo cristiano. Al pricipio se representaba con seres vivos pero después se pasó a la utilización de figuras.

Se cree que el primer nacimiento con figuras, se construyó en Nápoles a fines del siglo XV, éstas estaban elaboradas con barro. Por su parte Carlos III ordenó que los "Belenes" se extendieran y popularizaran en todo el reino itálico y español.

 
     

Con el pasar de los años, la tradición del nacimiento solo se quedo en pocos hogares, la gente le daba mayor importancia al árbol y las coronas. Hoy en día y poco a poco, la representación del nacimiento de Jesús ya sea con figuras de barro, yeso o cerámica, va recobrando importancia.

Esta navidad no deje de poner su nacimiento; recuerde que éste es la representación más cercana del nacimiento del niño Jesús y por tal motivo no debe faltar en su hogar.
 

Figuras del nacimiento y su significado
 

Choza: Representa sencillez y humildad.

José: Hombre que inspira obediencia y fortaleza.

María: Representa la fidelidad y el amor a Dios, mujer compresiva y bondadosa.

El niño Jesús: Guía espiritual, que se aloja en el corazón del hombre para transmitirle su amor al mundo.

Buey: Su misión era mantener caliente con su aliento, la cuna del niño Jesús. Sirve como ejemplo a los hombres, para que mantengan en sus hogares un ambiente cálido y amoroso.

Burro: Animal más humilde de la creación, motivo por el cual fue el elegido para acompañar a María y estar en el pesebre.

El ángel: Simboliza la bondad, el amor y la misericordia.

Tres reyes magos: A través de sus obsequios (oro, incienso y mirra), le muestran a Jesús su naturaleza real, divina, asi como su sufrimiento y muerte.

Pastores: Representan la humildad, sencillez, servicio, ayuda y alegría de los humanos que cuidan con amor a su rebaño.

Ovejas: Significan obediencia y docilidad, inspiran confianza.

Musgo: Hierba que deja pisarse por todos los pies, sin importar su clase o posición.

Estrella: Significa renovación. Representa la luz inagotable y refrescante que disipa las tinieblas para darnos esperanza.

         
         
         
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