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CONSTRUYENDO
En 1998 un lamentable accidente apaga la vida del Hermano Pablo, tras este acontecimiento el Centro Social toma una pausa para redirecionar toda su labor emprendida. El Padre Hubert asume la dirección del taller mecánico, mientras la tarea de construcción de capillas se ve interrumpida. Meses después a invitación del P. Hubert para colaborar con el equipo, es como me uno a este para dirigir el Departamento de Construcción del Centro Social, así a finales de diciembre de 1998 visitamos la comunidad del Tecomate, trazamos la cimentación de lo que seria su nueva Capilla y con ello empecé mi trabajo con este proyecto de vida. En días posteriores fui poniéndome al tanto de la labor que había emprendido el hermano Pablo, fui conociendo su trabajo y empecé a visitar las comunidades donde la tarea había quedado inconclusa.
Como primer punto de partida era conocer el proyecto de cada capilla, conocer a los diferentes comités de construcción para ponernos de acuerdo en el seguimiento de los trabajos, recuerdo una tarde en que llegue por primera vez a la comunidad de la Palma, Parroquia de Orizabita, ahí estaba Doña Antonina esperándonos, nos dio un gran recibimiento, observe que solo estaban terminadas las columnas de lo que seria su capilla, y mientras me comentaba como una mañana visitaron al Hermano Pablo en el Centro Social para plantearle que deseaban edificar un recinto sagrado para la celebración de la palabra, en sus mejillas note como rodaban los recuerdos que le venían a su mente al hablar del hermano y me dijo pensamos que a su partida todo quedaría así sin terminar, mas hoy es un día de alegría al saber que si veremos concluida nuestra capilla, en ese momento tome la dimensión del trabajo que me espera en los días por venir. No solo era la construcción en si de piedra, cemento y acero, sino que eso iba mas haya, pues cada recinto que edificaríamos seria un lugar donde mantener viva la iglesia, donde cada uno de los habitantes de las comunidades tendrían su espacio, su núcleo de fe.
Así empezó mi peregrinar estos años por las parroquias de Cardonal, Chilcualta, Orizabita, Nicolás Flores, Tasquillo, Progreso y otras más de la Diócesis de Tula. Terminamos proyectos inconclusos, realizamos nuevos, he conocido la riqueza cultural y espiritual del pueblo Hña Hñu, todo ha sido un aprendizaje invaluable en mi vida personal. Pusimos nuestro trabajo profesional en mejoras de la vida espiritual de estos pueblos y nuestros amigos de Alemania nos ayudaron con lo económico para ver edificados todos estos recintos sagrados.
Un agradecimiento para Los Hermanos Canisianos, La Diócesis de Münster, ADVENIAT, la solidaridad de los católicos alemanes para con nuestros pueblos sin su ayuda no hubiera sido posible toda esta tarea. Al Padre Hubert por confiarme este enorme trabajo, a los demás párrocos de las diferentes Parroquias por permitirme ser parte de su legado. Al Obispo Octavio Villegas por su aprobación en todo proyecto sin la cual no hubieran sido posibles llevarlos a cabo. A los diferentes pueblos del valle del mezquital gracias por su sabiduría y su entrega en cada edificación. Entre todos lo hemos hecho y puedo decir:
"También he sido testigo del evangelio sin predicarlo".
Arq. Felipe Zenil Valencia
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